

Acabamos de leer, en los medios de comunicación, la triste noticia de una Librería nacida en el año 56, con el nombre de «Juan Martínez», que cerrará sus puertas en los próximos meses. Triste noticia que nos invade a los asturianos y, especialmente, a aquellos que esturiaron, como mis padres, en la antigua Univerisdad de Oviedo en el centro de la ciudad y que tienen en su mente aquella librería donde siempre encontraban lo que querían. Los estudiantes de derecho, los de Filología y Química no tenían más que cruzar la Plaza de Riego y asunto resuelto. Allí podían adquirir sus libros y pasar horas recreándose entre sus estanterías repletas de obras.
Uno de los clientes más especiales de esta librería fue Clarín, según leíamos en la prensa.
Esta Librería en 1931 llegó a Bernardino Maside Berros, cuya titularidad se le atribuyó a su mujer Enedina Fernández Ojanguren, llegando a Julio Rojo Fernández en 1956.


Asturias es una de sus secciones fundamentales; el apartado de Libros Antiguos también destaca en su página de internet.
La crisis del «papel» no sólo afecta a la prensa tradicional, sino también a los libros. Esta puede ser, por desgracia, una de sus consecuencias.
Los libros electrónicos o ebooks cobran fuerza, así como las adquisiciones por internet dejan en un segundo o tercer plano la compra en las librerías clásicas.
Es una lástima que esta sea la consecuencia del mundo en el que vivimos.
Ojalá no se repita esta situación o que la presente sea reversible.