España al igual que el resto de los países del mundo está atravesando una de las más graves crisis sanitarias que lleva a la Organización Mundial de la Salud, el 12 de marzo, a hablar de pandemia en lugar de brote de coronavirus, dado el elevado número de contagios.
Nos encontramos sumidos en una situación de caos y temeridad, desde el punto de vista sanitario. Pero el problema no queda ahí y, desgraciadamente, ya comenzamos a hablar de crisis económica que afecta a las grandes y pequeñas empresas, sin distinción alguna. Tratamos de analizar el COVID-19 desde distintos puntos de vista, pero todos ellos dirigidos a tratar de prevenir y anticiparse, en unos casos y a paliar, en otros.
Ante estas circunstancias nos ponemos en contacto con JOEL GARCÍA FERNÁNDEZ, presidente de la Confederación Asturiana de la Construcción (CAC-Asprocon) y gerente de la empresa Ingeniería de Construcción y Obra Civil de Asturias, S. L. (CGS).
1.- En primer lugar, nos gustaría saber cómo se encuentra usted. ¿Cómo está viviendo anímicamente esta etapa?
R- Afortunadamente tanto mi familia como yo mismo nos encontramos perfectamente de salud. Muchas gracias por su interés.
Anímicamente la situación es más complicada, no puedo decir que me encuentre sumido en el optimismo, es evidente que se avecinan tiempos difíciles y eso preocupa a todas las familias.
La incertidumbre genera temor y como empresarios responsables con trabajadores y familias que dependen de nuestra actividad, nos encontramos expectantes ante lo que nos depara el futuro y tratando de mantener cierta prudencia en nuestras decisiones.
2.- Usted hace un mes aproximadamente estimaba que hasta la mitad del sector de la construcción podría desaparecer si no se disponían de las medidas adecuadas para paliar los efectos de la nueva regulación. Consideraba que la recesión del 2008 iba a quedarse corta respecto a ésta. ¿Sigue a fecha de hoy manteniendo esta postura?
R- No creo que a estas alturas nadie tenga dudas de que nos encontramos sumidos en una crisis peor que la del 2008. Aquella se acabó centrando en una crisis bancaria y en una crisis del ladrillo. Pese a que entonces fueron básicamente esos dos sectores y el estrangulamiento económico que generaron los más afectados, los estragos a nivel general fueron grandes.
En este caso los sectores productivos españoles implicados son muchos más. El impacto sobre el sector turístico y hotelero hace que esta crisis se extiende aún más que la anterior y la pérdida de empleo va a ser generalizada en todos los sectores, no exclusivamente en el ladrillo.
3.- La paralización de la actividad, obligada por mandato del Gobierno Nacional, supuso realmente que ¿25.000 trabajadores (1.000 directos y 24.000 indirectos) se quedaran sin trabajo? ¿Han vuelto a incorporarse al mercado laboral?
R- Como he dicho la prudencia está reinando en el sector más que en las medidas del Gobierno. El parón total hizo mucho daño en una mínima actividad que se mantenía y su extensión durante esos escasos quince días, obligó a despidos que no todos han sido recuperables después.
El impacto final y total, se ha recuperado en parte, pero es evidente que tras los quince días de parón total, no todos los trabajadores se han reincorporado al puesto de trabajo. Es difícil dar aún cifras precisas pues ni tan siquiera se han acabado de tramitar los ERTES de ese momento.
4.- ¿Han recuperado ya totalmente la actividad? ¿Qué expectativas tiene?
R- Como he dicho, la actividad no ha recuperado el ritmo.
Pese a que la actividad en la construcción hace ya más de quince días que se retomó el ritmo no es el mismo y las medidas de seguridad laboral a tomar hacen que los ritmos productivos no sean los mismos. Por ponerle un ejemplo, en estos tiempos en que los días son los más largos del año, sería normal que algunas empresas estuvieran ampliando la jornada con alguna hora extra. La situación de jornada continua que la mayoría de las empresas de construcción han adoptado para evitar riesgos de contagios en comedores y vestuarios, ni tan siquiera hace eso posible.
5.- ¿Qué medidas debería adoptar el Gobierno, en los tres ámbitos: nacional, regional y local?
R- Hay que reconocer que no es fácil ser gobernante en esta situación. Desde mi punto de vista y como representante del sector de la construcción, me veo obligado a recordar que el nuestro es un sector intensivo en mano de obra, con importante rotación de capitales y significativo retorno de impuestos públicos, por lo que la inversión pública en construcción siempre ha constituido un importante recurso dinamizador y recuperador de la economía en épocas de crisis.
Por eso lo que se pide es licitación rápida y urgente de obra pública.
Pero los palabras clave son velocidad y urgencia, la crisis económica, requiere de decretos-ley igual que se han empleado en la crisis sanitaria.
Los períodos de licitación y contratación han de reducirse y establecer el marco adecuado para agilizarlos, de otra manera, para cuando las inversiones quieran incidir en el empleo la situación puede ya ser irremediable.
No quiero ponerlo como ejemplo de buenas prácticas a seguir, pero medidas extraordinarias generadoras del empleo como fueron en su día los Planes E (en el Estado) o el Plan A (en Asturias), mejorados con la experiencia adquirida por aquel entonces y desarrollados de una forma más sensata, podrían ser necesarios en este momento.
6.- ¿Qué respuesta han obtenido a la petición de agilización de la tramitación de las licencias?
R- Hemos conseguido nuestras pequeñas victorias. De entrada a día de hoy creo poder afirmar que todos los gobiernos de distinto nivel están sensibilizados con el tema y en Ayuntamientos grandes como Oviedo o en Consejerías como la de Cultura, hemos logrado desatascar algunos proyectos importantes.
Normativamente apenas hemos avanzado y eso sería lo importante. Pese a la importancia de los grandes proyectos, también el pequeño empresario o incluso el ciudadano particular tiene derecho a que sus peticiones de licencia se tramiten con la debida diligencia y no todo puede depender de la voluntad y esfuerzo de políticos y funcionarios.
Las normativas deben simplificarse, vuelvo a poner el ejemplo de cómo ha reaccionado el gobierno ante la crisis sanitaria mediante la publicación de masivos decretos ley simplificadores en muchos ámbitos. La crisis económica, también va a necesitar de esas medidas excepcionales.
7.- Se quejan de la “maraña normativa” ¿Disponen de un documento oficial con directrices claras para el sector de la construcción, en relación con el COVID-19, firmado por las Administraciones públicas competentes, los representantes colegiales profesionales o los propios colegios arquitectos, aparejadores o ingenieros?
R- Es evidente que aún no ha habido tiempo para ello. Entre otras cosas el sector ha estado incluso completamente parado durante quince días.
Cada uno de los colectivos que usted cita ha ido desarrollando directrices, inicialmente encaminadas a las medidas de seguridad laboral y ahora se están estudiando medidas encaminadas a la promoción económica.
En breve empezaremos a hacer puestas en común pero aquí el liderazgo de la Administración autonómica debería ser esperable. También la propia Administración debe empezar a normalizar su propio funcionamiento lo antes posible, tener claras las disponibilidades presupuestarias (que obviamente tras lo anormal de la situación vivida deberán ser reajustadas) para actuar como coordinador del resto de los colectivos implicados.
8.- ¿Qué medidas han de adoptar los trabajadores de las obras de construcción para encontrase protegidos del coronavirus?
R- Las medidas son las mismas que el resto de los ciudadanos. Evitar grupos, mantener distancias en la medida de lo posible, usar equipos de protección y extremar la higiene.
Como se ha dicho originalmente se evita el empleo conjunto de vestuarios y comedores mientras dure esta situación excepcional, así como el empleo de vehículos compartidos.
Como he dicho y de forma paradójica la situación excepcional, nos obliga a prescindir de los transportes colectivos lo que también aumentan los costes tanto para las empresas como incluso en ocasiones, a los propios trabajadores.
9.- ¿Cuáles van a ser los efectos económicos sobre el sector de la construcción provocados por las medidas adoptadas con esta pandemia? ¿Se producirá una merma en los encargos? ¿Habrá dificultades de acceso a los suministros?
R- Como ya hemos dicho anteriormente, muchas empresas de diverso tipo van ver comprometida su continuidad, desde la construcción pura hasta los servicios de industria auxiliar. Esto pudiera llegar a ocasionar desabastecimiento puntual de algunos materiales, pero todo dependerá de la inversión pública.
La promoción privada y de edificación, ante la crisis económica y por criterios de prudencia de los compradores de vivienda, seguramente se verá mucho más comprometida. Es muy difícil que la gente invierta en vivienda cuando no tiene clarificada y estabilizada su situación económica familiar. En este sentido no podemos dejar de recordar que el ligero repunte del sector inmobiliario del que estábamos “disfrutando” se debía precisamente a que la economía española tenía unas buenas expectativas. Mucho me temo que esta situación que vivimos, volverá a ocasionar un nuevo parón para el sector inmobiliario.
10- El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), José Luis Ábalos, ha apostado por el sector de la construcción para activar la recuperación económica y el empleo tras la crisis del coronavirus. ¿Cómo va a ser posible esto si es de suponer que los recursos económicos que se iban a dirigir a este sector deberán canalizarse hacia otros?
R- Aun no tengo respuesta para esto. Es evidente que unos fondos extraordinarios serán necesarios. Bien procedentes de financiación europea o bien de deuda pública, pero los detalles de estas promesas, que el sector aguarda con nerviosismo y expectación, aún no han sido desvelados y mucho nos tememos que todavía requieran de un tiempo de maduración.
Mientras tanto, la supervivencia de parte del sector, pende de ello.
Muchas gracias por sus consejos, palabras y ánimos. El positivismo es esencial